Como en todo, habrá gente que lo niegue por determinados intereses, pero la realidad es que Cataluña se ha convertido en un lugar maravilloso para los radicales que odian a España, y lo peor es que el Gobierno de la Generalidad lleva ya más de una década apoyando abiertamente a aquellos que quieren dinamitar la nación española, una de las más antiguas del Mundo, guste o no a los separatistas. Pero no se entendería la decadencia a la que ha llegado este territorio español tan importante sin la continua complicidad de los distintos Gobiernos de España con el nacionalismo, sobre todo en lo que respecta a la dejadez de funciones y el olvido de todos los catalanes que sí respetan la Constitución Española del 78 al pie de la letra.
Medios públicos, instituciones, asociaciones y empresas varias, todas ellas financiadas con ingentes cantidades de dinero público, están completamente al servicio del secesionismo, provocando un totalitarismo bajo la apariencia de democracia que nos recuerda a antaño y con el que da la sensación que Cataluña es un país distinto, pero no, es una región de España.
Como catalán me avergüenzo de todo lo que está ocurriendo y no es para menos, porque es intolerable el nivel de locura y ridículo al que se ha llegado para que se llegue a justificar por parte de algunos descerebrados y violentos el apedrear la casa de un niño por pedir sus padres un 25% de español en su enseñanza, cuando debería ser del 50% del total de asignaturas sin ningún tipo de problema. Sin duda, estas conductas propias de dictaduras longevas, merecen el rechazo de todos los demócratas y con mucha contundencia o sino acabaremos en enfrentamiento civil, tiempo al tiempo. Por ello, la Cataluña plural, necesita ahora más que nunca equilibrar sus fuerzas con las del separatismo en la calle, en las instituciones, en los medios y en las empresas, precisamente para frenar la barbarie, porque Cataluña es de todos o no será, no lo olviden.
Es hora de dar la batalla en condiciones frente al totalitarismo que coarta derechos y libertades fundamentales en Cataluña, quién no lo quiera ver es cómplice de la ruptura de España, y sin duda de la caída libre hacia la que van los catalanes y por ende todos los españoles. Así que ya saben patriotas, toca defender nuestra nación a capa y espada, si queremos una España unida, fuerte y libre. Y recuerden que el próximo año 2022 va a ser duro, vienen muchas curvas, por esta razón de peso vayan mentalizándose, hay que ser muy fuertes y tener espíritu luchador, de nosotros depende como queremos que se nos recuerde en la historia. Dicho esto, les deseo queridos lectores unas felices navidades y un próspero año nuevo 2022.